jueves, enero 24, 2008

Preguntas y Respuestas



Autor: Lic. Dawlin A. Ureña
(El Lic. Ureña es Pastor, y miembro de la Asociación Científica
CRS - Creation Research Society)

Si ningún hombre puede ver a Dios, ¿Por qué dice en Génesis 32:30 "vi a Dios cara a cara"?

Dios es omnipresente. Eso significa que Dios está presente en todo lugar en todo momento, en el presente, pasado y futuro.

¡El hombre NO ES omnipresente! De hecho, cuando Dios creó el Universo, Dios colocó una ley natural que rige nuestra limitación en el mundo natural. Esa ley física dice: "Un objeto no puede ocupar dos espacios al mismo tiempo".

En otras palabras, cuando un hombre limitado por esta ley física dice, Jacob en el caso de Génesis 32:30 "He visto a Dios cara a cara, y sin embargo todavía estoy vivo" obviamente se refiere a haber visto una manifestación de Dios en el mundo físico, no indicando esto que por Dios haberse manifestado a Jacob en forma de un hombre o de un ángel, Dios haya dejado de estar también presente en el cielo y en cualquier otro lugar del universo y del mundo espiritual al mismo tiempo, tanto en el presente, como en el pasado y en el futuro. Eso es lo que se llama ser omnipresente.

Note la sorpresa expresada por Jacob al admitir que aunque vio la manifestación de Dios, sobrevivió la experiencia. Solamente teniendo una noción vaga del significado de ser omnipresente, Jacob se maravilló de haber interactuado con una manifestación divina y no haber perecido.

Así pues, en ese sentido, la realidad es que aunque Dios, a sabiendas de que nosotros estamos limitados por la ley física que Él mismo instauró en el universo, cuando desea comunicarse con nosotros usa un método que nuestros sentidos puedan captar, así como un sueño, una revelación, una aparición, o el milagro de la Encarnación de Dios en la persona del Señor Jesucristo. Los teólogos utilizamos el término Teofanía para designar las manifestaciones de Dios en nuestro mundo y Cristofanía para las de Cristo.

Ir más allá en esta explicación requeriría que me viera obligado a incursionar en asuntos teológicos profundos y no creo que sea apropiado hacerlo. Es importante que nuestros lectores mantengan presente la perspectiva expresada aquí cuando juzguen la inmensidad de un Dios Eterno, Omnisciente, Omnisapiente, Omnipresente, Todopoderoso, Justo, Santo, etc.

En nuestros intentos por entender a Dios, nosotros, situados y controlados por los parámetros implementados por el mismo Dios para que vivamos felices en este mundo, no podremos nunca hacer nada más que especular, teorizar y formular hipótesis que para nosotros mismos resulten inteligibles, pero a Dios, al Dios eterno y omnisciente… ¿Qué hombre finito y mortal lo podría ver en toda su grandeza?

Solo al exponer estas grandezas de Dios, vienen a mi mente incontrolables deseos de llorar, de arrodillarme ante su presencia y de decirle Santo, Santo, Santo, Santo, Santo, Santo hasta desmayar. Pensar que ese mismo Dios se hizo hombre para proporcionar al hombre una salida viable y a la vez pagar por completo la maldición recibida por Adán y nosotros sus descendientes, cualquier cosa que yo piense hacer para poder agradecer a mi Dios resulta insignificante, diminuta e inapropiada.

Sin embargo, Dios nos dice que como nada podemos hacer para ganar o merecer nuestra salvación, todo lo que Él demanda de nosotros es "fe, sin la cual es imposible agradar a Dios". Hebreos 11:6


Los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos, y día y noche, sin cesar, decían: «¡Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que esy el que ha de venir!» Cada vez que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: «Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existeny fueron creadas».
Apocalipsis 4:8-11